sábado, 15 de diciembre de 2012
domingo, 9 de diciembre de 2012
martes, 27 de noviembre de 2012
Para mi abuela
Le dedico este poema a mi abuela, que es la mejor abuela de todas y una de las mejores mujeres que hay en el mundo. Porque yo también te quiero mucho aunque tu digas que no.
Para mi abuela
Lo mucho que te quiero no cabe en unas pocas palabras,
porque ciertamente serían necesarías
tantas como arena tiene una playa,
o como estrellas tiene el cielo.
Lo mucho que te quiero no cabe en una sola canción, porque si tuviera ese don no me alcanzaría una,
para agradecer tus cuidados desde que era bebé de cuna
hasta el día de hoy.
Lo mucho que te quiero no cabe en un abrazo,
al menos claro está que éste tuviera el toque de lo eterno,
para darte gracias por lo que haces por tus nietos
entre los cuales yo me encuentro.
Lo mucho que te quiero no cabe en una caricia,
tendrían que ser mis manos a tu rostro atadas
para poder darte una a cada instante.
Lo mucho que te quiero no cabe en un beso solitario,
en la mejilla o en la frente,
o en tus manos de mujer valiente,
tendría que besarte cada segundo y a diario.
Lo mucho que te quiero no cabe en estos versos,
porque tendrían que ser muchos los libros que contendrían
cada te quiero que yo te daría
acompañado de palabras, canciones, abrazos, caricias
y besos en tus mejillas.
Vía: http://rincondepoemas.wordpress.com/
Para mi abuela
Lo mucho que te quiero no cabe en unas pocas palabras,
porque ciertamente serían necesarías
tantas como arena tiene una playa,
o como estrellas tiene el cielo.
Lo mucho que te quiero no cabe en una sola canción, porque si tuviera ese don no me alcanzaría una,
para agradecer tus cuidados desde que era bebé de cuna
hasta el día de hoy.
Lo mucho que te quiero no cabe en un abrazo,
al menos claro está que éste tuviera el toque de lo eterno,
para darte gracias por lo que haces por tus nietos
entre los cuales yo me encuentro.
Lo mucho que te quiero no cabe en una caricia,
tendrían que ser mis manos a tu rostro atadas
para poder darte una a cada instante.
Lo mucho que te quiero no cabe en un beso solitario,
en la mejilla o en la frente,
o en tus manos de mujer valiente,
tendría que besarte cada segundo y a diario.
Lo mucho que te quiero no cabe en estos versos,
porque tendrían que ser muchos los libros que contendrían
cada te quiero que yo te daría
acompañado de palabras, canciones, abrazos, caricias
y besos en tus mejillas.
Vía: http://rincondepoemas.wordpress.com/
sábado, 29 de septiembre de 2012
Amigos de mi barriada
Me faltaba poner a mis parientas, Beatriz y Paquita, y mis amigos, Ana María, Pedro e Isabel, y la maestra que tubimos en Las Cunas en los años que viví allí con mis abuelos; gran maestra y gran persona, como toda su familia.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Escuela de Las Cunas
En los años 40, cuando estaba con mis abuelos, en Almería, iba a la escuela de Las Cunas. A la hora del recreo salíamos a jugar a casi todos estos juegos que se pueden ver en el video. Por las noches, en invierno, nos juntábamos para jugar a la oca, al parchís, a cartas y, para explicar cuentos; también nuestras abuelas nos explicaban cuentos. En las noches que había luna llena, como allí no hace mucho frío, jugábamos al escondite, al pilla pilla o a la comba. Eramos chiquitos, pero felices.
miércoles, 18 de abril de 2012
Corriendo van por la Vega
Esta poesía la aprendí cuando tenía unos 7 años en la Escuela de Las Cunas, donde teníamos de maestra a Doña Isabel Márquez, muy buena persona y profesora; es dónde más aprendí, con ella.
miércoles, 14 de marzo de 2012
La Bella Dorita
La Bella Dorita nació en Cuevas del Almanzora 23 de febrero de 1901. Se llamaba María Yañez y fue la reina del Paralelo. De pequeña jugaba con mi madre en Cuevas; mi madre tenía un año menos que ella y de mayores en el Paralelo la vimos. Muiró en Barcelona a los 100 años.
Le han dedicado una calle en Cuevas y una plaza en Barcelona.
Le han dedicado una calle en Cuevas y una plaza en Barcelona.
martes, 31 de enero de 2012
En recuerdo de mis abuelos
Recordando a mis abuelos. Mi abuela Isabel es quién me crió y, después de tantos años, la recuerdo con mucho cariño. Esos niños, mis nietos, son sus tataranietos (Judith, Noemí, Daniel y Dídac) y sus trastataranietos (Paula y Xavi. Le hubiera gustado mucho conocerlos. Era una verdadera santa.
sábado, 21 de enero de 2012
La valle del río rojo
En memoria de mi marido, que hace 15 años que nos dejó y toda la familia aún lo añoramos. Murió joven, solo conoció dos nietas, a los pequeños ya no los ha conocido. Esta canción se la cantaron en su entierro.
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