Mi abuelo nos asaba las castañas en el mes de los santos y también había ciertos dulces, de los cuales no me acuerdo, pues era muy pequeña.
Hamburguesas como la de la foto no había, sí bocadillos. Día si día no pasaba la pescatera a vendernos pescado, pues estábamos cerca de la playa, a 2 km. En verano, mi abuelo enganchaba las mulas al carro e íbamos a la playa. Allí pasé una buena vida que aún añoro, aunque tengo allí mi casa pero soy mayor y ya no puedo vivir allí, por lo que vivo en Ripoll donde tengo mis hijos. Ahora solamente voy un par de meses, en verano.
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